Raíces mexicanas: la hipocresía indigenista y el rencor español

A ver, mexicanos, es hora de dejar las cosas claras. No fuimos conquistados por los españoles. No somos los vencidos. Somos el resultado de un proceso complejo en el que intervinieron tanto los conquistados como los conquistadores. 
Esto va para todos los que van por ahí renegando de todo lo español y quejándose cada 12 de octubre porque no hay nada que celebrar, que no es ningún día de la raza, que es el día del genocidio indígena, del comienzo de una masacre imperialista.
Y yo no niego eso, pero aceptémoslo, si no fuera por ese descubrimiento de América y por esos europeos imperialistas que vinieron a apoderarse de estas tierras, hoy no existiríamos nosotros, nuestra cultura mexicana no existiría.

Pensemos en los propios españoles, como nación no serían nada si no fuera por los romanos que en su momento invadieron a los antiguos pueblos que vivían en esa región. España existe después de los romanos. México existe después de los españoles.
Y ni los españoles de hoy en día son los mismos que cometieron las barbaries e injusticias de los españoles de la conquista, ni los mexicanos de hoy son los aztecas que fueron sometidos por el yugo español, ni las demás comunidades indígenas que a su vez habían sido sometidas por el yugo azteca. 
Nos guste o no, los conquistadores son también nuestros antepasados. A menos que provengas de una comunidad indígena aislada de todo, no puedes pretender que no haya nada español en ti. ¿Qué idioma hablas? ¿Cuáles son tus apellidos? ¿Qué religión profesas? ¿Cuál es tu cultura realmente?


En México tenemos una cosmovisión indigenista que considera las antiguas civilizaciones indígenas como partes espléndidas y maravillosas de nuestra historia y cultura. Nos han enseñado a idolizar a los indígenas antiguos y a tener un resentimiento contra los españoles que destruyeron "nuestra" civilización, tiraron pirámides para construir encima sus iglesias y se enriquecieron con "nuestro" oro. Y sí, todo eso fue horrible.
Pero no, señores. No era nuestra civilización, no era nuestro oro. Era la civilización de los habitantes de México prehispánicos. Y nosotros no somos ellos. 
Tampoco somos españoles. Y vaya que nos choca que nos confundan con los españoles. Como cuando en las películas gringas representan un México repleto de toreros y bailadores de flamenco. Ojos en blanco. 
Pero es algo incongruente e incluso hipócrita sentirnos más indígenas que españoles para unas cosas y para otras no. Porque en la vida real, las verdaderas comunidades indígenas de México generalmente son discriminadas. A los "ignorantes" se les pone el peyorativo de "indiorantes" ¿De qué comunidad autóctona es la muchacha que te hace el aseo? ¿A cuántos indígenas conoces en altos puestos o de un gran estatus social y económico? ¿No que mucho amor a los indígenas?


¿Y qué idioma indígena hablas? Muy pocos mexicanos hablan lenguas indígenas, la mayoría hablan español, son católicos, y en general tienen mucho más en común con los españoles que con, digamos, los nahuas o los mayas prehispánicos. 
Lo más gracioso es que muchos de los más indigenistas pro-mexicanos anti-españoles también son los primeros que celebran con singular alegría cada fiesta tradicional mexicana que suele incluir misas católicas, o que magnifican a la virgen de Guadalupe como símbolo por excelencia de la cultura mexicana. Una virgen impuesta por los españoles para convertir a los indígenas al cristianismo. 
El legado español en la cultura mexicana no puede ser menospreciado. Y obviamente tampoco el indígena, que podemos ver por ejemplo en nuestra gastronomía llena de ingredientes mesoamericanos o en nuestra lengua, pues el español mexicano tiene muchas palabras y expresiones de origen náhuatl. 
Al final, la realidad es esta. La mayoría de los mexicanos hoy somos una mezcla, en mayor o menor medida, de ascendencia tanto europea como indígena. 
Así que lo mejor que podemos hacer es superar el pasado y dejar esta actitud victimista y rencorosa. Asumamos nuestras raíces mestizas, que deben tanto a los españoles como a los indígenas. Y a estos últimos mejor empecemos por respetarlos en la vida real y no sólo en los libros de historia y en las estampitas,  ya basta de tanta hipocresía.  



PD: Los memes no son ofensivos. Son memes. 

Ferdinandus

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