El síndrome de París



Hay algo que me está pasando desde que estoy en París y me intriga. Prácticamente desde mi primer día aquí siento como si estuviera soñando, el mundo a mi alrededor me parece más vago e irreal que en México. Me siento como separado de mi propia mente mientras que afuera todo transcurre con un ritmo vertiginoso.

Al principio asumí que sería el Jetlag, la privación de sueño, la fatiga propia del viaje... Pero los meses transcurren y la sensación de irrealidad persiste...

Me pregunto si padezco un poco del famoso "Síndrome de París" que dicen que afecta principalmente a los japoneses... Dicen que esto pasa porque descubren que París no es lo que esperaban que fuera y sufren desilusión, alucinaciones, sentimientos de persecución, desrealización y despersonalización.

Pero no creo que sea mi caso, de hecho Paris es mucho mejor de lo que esperaba, ya que mis expectativas no eran muy altas. Por lo general soy el tipo de persona que prefiere esperar poco o nada de todo para no decepcionarse tanto.

Pero de que ha habido decepciones, claro que las ha habido. Así que hoy vamos a quejarnos. He aquí mi lista negra de los contras de París. Pero no hay que ser pesimistas, así que por cada desventaja encontraré también una ventaja.



1. La fauna

Quizás no somos tan susceptibles como los japoneses pero a México también nos llega un París de postales. Postales en las que nunca aparecen las ratas que corren felizmente por las calles. Qué gallo ni qué nada, el animal oficial de aquí debe ser la rata, o en todo caso la paloma. Claro,
en Mexico también hay palomas y ratas pero al menos no son tan extrovertidas. Y también contamos con otra variedad de roedores y aves en nuestros parques:  ardillas y colibríes. ¿Pueden creer que aquí no haya? Qué triste de veras.

Ventaja: Hay cisnes, hermosos, gloriosos, presumidos cisnes.



2. La pobreza

En las postales tampoco ves a la gente durmiendo en la calle, a los inmigrantes con carteles que dicen "tengo hambre", los desconocidos en la calle que te piden un cigarro a la menor provocación. Es de esperarse cuando todo el mundo aquí fuma como loco y un paquete de cigarros cuesta 10 euros, y nada de comprarte un cigarrito suelto en un puesto de la esquina; eso no existe aquí. ¡Todo es tan caro! Y el trabajo en las escuelas no está precisamente super bien remunerado. Ser pobre en París definitivamente no es una buena idea.

Ventaja: Ah, pero qué importa, decían mis amigos mexicanos, vivirás abajo de un puente, pero en París, morirás de hambre, pero en Paris. Para ellos todo es aceptable, porque es París.

Y la verdad es que el trabajo en las escuelas puede ser también muy remunerativo. Siempre es bonito compartir tu cultura y tu lengua con los niños... cuando no son tan difíciles... Ahora es cuando me acuerdo de las maestras que hacíamos llorar y de lo difícil que fui yo mismo a esas edades así que supongo que es justo pagar un poco de karma.


3. Las quejas

Así es, me quejo también de las quejas. No es que quiera sólo quejarme de París, quisiera hablar de todo, de los pros y de los contras, pero empiezo con los contras porque es también el estilo francés. Quejarse de todo es el pasatiempo favorito del parisino. Ya chole con tanto drama. Como la gente en las filas del super echándose bronca por cualquier tontería: "Merde, putain, bordel, je ne rigole pas!" O sea, relájense un montón. ¿Por qué tanta amargura? Sólo consiguen que uno se amargue igual.  Lo peor es que en el sistema educativo las reformas de las que todo el mundo se está quejando no son una excepción; la de huelgas, manifestaciones y discusiones que me ha tocado presenciar con mis colegas maestros...

Ventaja: La gente busca hacer valer sus derechos, la cultura francesa es naturalmente revolucionaria y sus manifestaciones pueden funcionar. Eso es algo que a los mexicanos nos valdría bien aprender. Di no al conformismo.



4. La comida

Primero que nada, el precio, pero ya discutimos eso con el tema de la pobreza y ya no quiero atraer más pobreza a mi vida. El problema principal aquí es la ausencia de garnachas. Como buenos gordos, los mexicanos tenemos garnachitas para todo, accesibles en todo momento del día, hasta la madrugada. Las tiendas están abiertas todo el tiempo. Aquí en general la ciudad luz no tiene nada de luz en las noches y casi todas las tiendas cierran a eso de las 8:00. Aquí por lo general se desayuna muy poquito temprano en la mañana y luego se come una comida completa al medio día, que es muy temprano para mi gusto. Uf, y lo que daría por unos buenos tamalitos, unos taquitos de carnitas, unas quesadillas. Es cierto, casi todo eso es puro maíz, pero en Francia es puro trigo. Aquí no hay tortillas, puro pan. Cuando en México tenemos tortillas Y ADEMÁS pan. ¿Por qué no tener las dos cosas?

Ventajas: Pero por eso aquí la gente en general no está tan gorda, porque no comen todo el día y llevan una alimentación más sana. Y ya me acostumbré a los horarios de comida, y creo que también son una mejor idea porque te ayudan a rendir mejor durante el día. Y siempre puedes ir a algún lugarcillo mexicano por Saint Michel y disfrutar de unos buenos burritos. Es fácil encontrar comida de todo el mundo, lo más común es árabe y turco. Los kebabs no están nada mal y me recuerdan un poco a mis taquitos al pastor (aunque no pueden superarlos). Y los postres, los chocolates, los pasteles, el vino, el queso... ¡La tartiflette, la raclette! Hay muchas cosas que de veras no están nada, nada mal.





5. Los trámites

Todo es tan lento... Insisten en usar el correo tradicional para todo, ¡no manchen, existe el e-mail! Y cuando eres extranjero cada trámite puede volverse una pesadilla. Lo peor es cuando te llega alguna notificación de que tu trámite no estaba bien, y ni siquiera te explican por qué.

Ventajas: No, aquí no hay ventajas para mí. Dios, no.


6. El  idioma

Sí, el francés es hermoso... Hasta que te topas con el francés de las calles, con todos sus modismos y vives con la sensación de que nunca llegas a comprender todo lo que te dicen al 100%. Por mucho que hayas estudiado francés, llegas aquí y te encuentras con un francés que no tiene nada que ver con el de la escuela. Y de pronto lo único que entiendes es "Bah, oui!" Bah oui para todo. ¿Por qué "bah"? Tan fácil que es decir oui, un oui contundente, monosilábico, simple. Ah, pero no, el bah por delante. ¿Oigan y por qué tanta gravedad al hablar? Una gravedad que en combinación con tanta guturalidad hace que a veces suenen más como gruñidos de estómago hambriento que como personas.

Ventajas: También pueden ser muy graciosos. Incluso el bah es divertido cuando no estás de amargado. Me encantan sus interjecciones y que hagan ruiditos para todo. Cuando se mueven, organizan papeles, etc. dicen "Op!",  "Tac tac tac!", etc. Creo que en México no tenemos un equivalente para eso. Cada quien hace sus cosas en silencio, supongo.




7. Ser extranjero

Cuando te encuentras sumergido en este mundo lleno de extranjeros, de pronto se te olvida lo raro que es ver gente tan diversa en todas partes, vestida de las formas más extrañas en el metro, hablando en lenguas misteriosas cuyo origen no puedes siempre descifrar. Claro que el español y el árabe nunca pueden faltar. Es lindo ver a tanta gente tan diversa conviviendo junta y sin molestarse a pesar de sus diferencias étnicas y culturales, eso es algo que se admira. Aunque lamentablemente no siempre es el caso, y los conflictos raciales son una realidad. Puedo entender que los franceses "castizos", los de generaciones más viejas, puedan sentirse desplazados y empezar a percibirse como una minoría en su país y lo van a decir, y van a reclamar que los inmigrantes no se integren y que no hablen francés o que no entiendan sus costumbres y no van a aceptarte tan fácilmente. Me pregunto cuál será el porcentaje de inmigrantes en Paris, pero es sin duda es muy, muy alto. Es algo que en verdad no me esperaba cuando llegué aquí.

Ventajas: Ser extranjero te permite expandir tus horizontes culturales. No, no todos los franceses son amargados... hay unos muy, muy amigables, generosos,  geniales. Sobre todo si eres bretón... ;-) Además he conocido amigos de todas partes, mexicanos, españoles, uruguayos, chilenos... Gente muy bonita, gente a la que voy a extrañar mucho...


8. El clima, la flojera...

Sé que no soy el único y no es sólo por ser extranjero, porque también a los parisinos les pasa. Hay una fatiga crónica en París, una melancolía en el ambiente, en el frío... El spleen de Paris, como diría Charles Baudelaire.

Si pudiera concentrarme más, todo sería mucho más fácil. Pero me siento muy dormido y para colmo de males, mis lentes ya no me sirven, no veo bien y de pronto me cuesta entender a las personas. O sea, que estoy con todo, a lo Shakira, bruta, ciega, sordomuda.

Pero el frío eterno y la falta de sol no ayudan para nada. Antes me burlaba de los europeos que se iban a hacer picnics y "asolearse" cuando apenas surgía de entre las grises nubes un pequeño y mísero rayo de sol. Ahora los entiendo por completo. La falta de vitamina D es dura.

Ventajas: ¡La nieve! Definitivamente ver París cubierto de esa capa blanca y deslumbrante de felicidad hace que todo el frío del mundo valga la pena. Al menos lo ha sido para mí que no conocía la nieve en México. Y me emociona mucho de verdad.

 




Pero hoy es un domingo soleado. Hoy nos vamos de paseo a descubrir otro museo, otro jardín, otro palacio. Y es que eso es lo que hay que destacar de Paris. Ese spleen también es agradable, es elegante, es bohemio.

La oferta cultural es realmente increíble. Vives el arte en todo su esplendor. Viajas al pasado en las iglesias, con las gárgolas fantásticas y las misteriosas catacumbas, descubres a todos los genios que transitaron por París y que aquí dejaron sus obras maestras, te remontas hasta los tiempos medievales de los cuentos de reyes y caballeros en los palacios, te impactas con el lujo y el poder de la monarquía y el imperio, te pierdes en la belleza de los jardines y sus esculturas...

Conocer Paris es sin duda alguna una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida, y si me siento todo el tiempo como en un sueño es normal, porque sin duda alguna para mí que tenía tantos deseos de conocerlo es un sueño hecho realidad.

Ya pronto vendrá la primavera, y después de todo, vale la pena sufrir un poco del síndrome de París al final del día.

Ferdinandus 





Comentarios

  1. Deberias escribir un libro, me encanta tu narrativa, asi no sea algo muy serio divertiria monton

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