¿Por qué las alcancías tienen forma de cochinito?
Las alcancías (del árabe andaluz al-kanzíyya, "tesoro") son recipientes destinados a acumular dinero. Las tradicionales consisten en vasijas de barro con una hendidura en la parte superior por donde se pueden echar monedas o billetes. En otras regiones hispanas también se les conoce como "huchas" - del francés huche, a su vez del alemán hüten, "guardar" - o "huacas", del quechua wak'a, "sagrario". Pero sin importar cómo les llamemos, lo cierto es que una característica muy recurrente de ellas es su forma de cerdo.
Muchos tuvimos de niños un "cochinito" donde metíamos nuestros ahorros infantiles. Los había de barro y cerámica, los más tradicionales. Ésos los tenías que romper para sacar el dinero almacenado, lo cual hacía la labor del ahorro mucho más eficiente - y frustrante para aquellos a los que la sola idea de meter nuestra fortuna en un recipiente sin salida resultaba aterradora.
Pero también había algunos más modernos, de plástico u otros materiales, con alguna ranurita por debajo para de ahí sacar el dinero cuando fuera necesario sin necesidad de romper al pobre cerdito - aunque posiblemente estos cochinitos no llegaban a engordar tanto como sus compañeros de barro.
Pero también había algunos más modernos, de plástico u otros materiales, con alguna ranurita por debajo para de ahí sacar el dinero cuando fuera necesario sin necesidad de romper al pobre cerdito - aunque posiblemente estos cochinitos no llegaban a engordar tanto como sus compañeros de barro.
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1. El cochinito chino: un símbolo de riqueza
En occidente las primeras alcancías solían tener formas muy diversas - la primera alcancía occidental data del siglo II a.C, en Grecia, con la forma de un templo griego en miniatura, y en Pompeya también se excavaron varias alcancías con diversas formas. Sin embargo, en China, desde la dinastía Shang (960-1279) eran comunes las alcancías en forma de cerdo.
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2. El cochinito francés: una alcancía ambulante
En una analogía relacionada, el dinero que le metemos a los cochinitos es como la comida que los engorda. Cuando el cochinito está lo suficientemente gordo podrá ser sacrificado para disponer de su valor.
Otra pintoresca teoría francesa la podemos encontrar en el cuento "El cochinito listo" ("Le petit couchon futé") de Los Cuentos de la Calle Broca (Les contes de la rue Broca) de Pierre Gripari, que fueron adaptados a una serie de animación en 1995.
3. El cochinito inglés: un juego de palabras
De hecho, la propia palabra pig con el sentido de "cerdo" parece provenir de ese sentido de pygg de "arcilla" o barro, posiblemente porque los cerdos suelen revolcarse en el barro. En inglés antiguo las palabras pygg y pig tendrían una pronunciación diferente, pero con el tiempo ambas acabaron pronunciándose igual, y el término pygg con el significado de barro terminaría siendo olvidado y reemplazado por clay.
Para el siglo XIII, el término pygg bank sería reemplazado por pigg bank y el barro a su vez comenzaría a ser reemplazado por otros materiales como vidrio o plástico, por lo que el nombre dejó de referirse al material del recipiente, para referirse a la forma del mismo.
Así que probablemente la idea de que las alcancías vengan en forma de cerdito fue debido a una confusión con las palabras "barro" y "cerdo" en inglés antiguo, aunque también pudo ser una idea deliberada de los artesanos fabricar los piggy bank en forma de cerdito como un juego de palabras visual que encantaría a los clientes, y sobre todo a los niños.
Oh, y por cierto, ya que estamos en la cultura germánica, no podemos dejar de mencionar al Glückschwein (cerdo de la suerte) de los alemanes, uno de sus amuletos de la suerte más representativos. Cuando un alemán dice que tuvo suerte, dice que "tuvo cerdo". Y la razón de nuevo tiene que ver con el dinero, desde la Edad Media tener muchos cerdos era signo de tener mucha fortuna. Y si los cerdos son amuletos de buena fortuna, qué mejor lugar para guardar nuestra fortuna que en un cohinito.
Así que ya sea por su ancestral simbolismo de fortuna, por su valor en la ganadería o por un juego de palabras, hoy los cochinitos están en todas partes, desde el cochinito listo de Los Cuentos de la Calle Broca que se comió una estrella, al adorable Hamm de Toy Story; y nos recuerdan el valor del ahorro y el sacrificio que conlleva.
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